Rebelde, pura y creativa. Así es Blanca Romero. La asturiana comenzó su carrera a principios de la década de los noventa y desde entonces no ha parado. Su incursión en el show business vino de la mano de la moda y, su traslado a París al principio de su carrera, le abrió las puertas del mercado internacional. Inquieta y atrevida, decidió seguir creciendo personal y profesionalmente en la interpretación. Su primer gran papel se lo ofreció la pequeña pantalla incorporándose a la, por entonces exitosa, Física o Química: la serie para adolescentes emitida de 2008 a 2011. Después vendrían títulos como After, de Alberto Rodríguez (cinta de 2009 que le valió una nominación a los Goya como Mejor Actriz Revelación) o Fin, entre otros. Blanca tiene por estrenar este mismo año la serie Eden para Netflix y volverá a contagiarnos su fuerza y energía.